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LA NOCHE ESPECIAL por Alicia (relato erótico Nº7)

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Estaba tumbada en el sofá, boca bajo y con las piernas dobladas dando golpecitos en la pared, jugando a la videoconsola. Su vestido negro, con una forma más que provocativa, dejaba ver más allá de sus piernas y se podía ver una lencería que no usaba habitualmente.
Ulises entró al salón y no pudo reprimir una exclamación de asombro, agrado y deseo. Fue hacia ella y la sacó de su concentración, cubriéndola de besos y caricias mientras que apagaba la consola. Cuando ella se giró, tenía dibujada una sonrisa nada inocente, y empezó a quitarle la camisa. Sabía cómo acariciarlo para dejarlo tumbado a sus pies, y Ulises lo adoraba.
Se dejó acariciar mientras que ella terminaba de desvestirlo y la observó atentamente mientras se quitaba el vestido. Ulises no pudo reprimir un segundo asombro, ella estaba realmente sexy con la lencería que llevaba puesta.
La sonrisa poco inocente de Sandra dejó escapar una nota de satisfacción. Lo había conseguido. Ulises estaba sorprendido e ilusionado, algo ya difícil, pues se había acostumbrado a pequeñas sorpresas cada día que rompían con la rutina.
Sandra se dejó tocar, y Ulises lo hizo con delicadeza, como si estuviera explorando algo nuevo y desconocido. Pronto se sorprendió besándola apasionadamente, como si fuera la primera vez. Ella a su vez lo acariciaba, poco a poco, poniendo especial cuidado en jugar en las zonas que más le gustaban. Ulises tampoco se quedó atrás, y también empezó a jugar con el cuerpo de Sandra. Pasó un dedo a lo largo de su columna vertebral, suave pero decidido, que la hizo estremecerse y relajarse. Los dos sabían que había empezado una nueva noche de sensaciones.
Sandra se escabulló de las caricias de Ulises y con una sonrisa pícara lo invitó a seguirla. Corrió al jacuzzi, en el que tenía unas velas encendidas y una mesita con un par de copas de cava y fresas.
Ulises la siguió por el pasillo riendo. Cuando llegó sólo pudo pensar que Sandra le había preparado una noche sorpresas, así es que decidió dejarse llevar. Entró en el jacuzzi detrás de ella, y empezó a jugar bajo la espuma y las suaves burbujas. Las caricias bajo el agua eran más sugerentes que fuera de ella, aunque sólo fuera por la novedad. Pronto, sus cuerpos se fundieron en uno solo, y disfrutaron como hacía mucho tiempo que no lo hacían. Se dejaron llevar, sin guardar ninguna caricia, beso ni palabra halagadora.
Perdieron la noción del tiempo, y cuando no quedaban fresas ni cava, decidieron salir del jacuzzi. Ulises salió primero para coger un par de albornoces blancos, y arropó a Sandra en su salida.
Fueron al dormitorio, y se dejaron caer sobre la cama. Aunque estaban ya cansados, volvieron las caricias y los besos, mientras que se escondían bajo las sábanas. Se dejaron llevar nuevamente e hicieron el amor hasta que ambos terminaron exhaustos.
Ulises la abrazó y la besó hasta que ella se quedó dormida en sus brazos. La arropó con cariño y deseó que esa noche pudiera repetirse cada día de su vida.

4 comentarios:

Jaione dijo...

mui bueno...

ruru dijo...

no esta mal

Luchida dijo...

Un poco típico para mi gusto pero aún así hay que reconocer que te pones basante en situación.

Anónimo dijo...

En mi opinión, para ser erótico dedica demasiado tiempo a contar el ambiente y la situación, más que a lo que viene a ser lo importante...

 
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